Las preguntas van subiendo de tono. Y se palpa en el ambiente el clímax del inminente final. La mujer ya ha contestado afirmativamente que los besos de su marido le dan asco y que piensa que ella está desperdiciando su vida a su lado. El hombre, sentado en el estudio del programa El juego de tu vida, recibe las respuestas, o puñaladas, estoicamente. La última pregunta es por 100.000 euros, el premio mayor. "¿Has llegado a desear la muerte de tu suegra?". Nuevamente: "Sí". Fortuna embolsada, conductora firme y profesional y participante satisfecha: "Ha valido la pena". Todo ante más de un millón y medio de espectadores españoles como promedio, y 2,5 millones en los picos de mayor audiencia.
El último ciclo de El juego de tu vida, edición española, es el que desde el pasado mes puede verse los jueves, tarde en la noche, por Canal 10. El formato original, The moment of truth (El momento de la verdad), estadounidense, fue exportado a más de 30 países. Siempre ha significado un éxito de público; y siempre ha ido acompañado de las peores críticas, que tildan al programa del no-va-más de la telebasura, en el cual ciudadanos anónimos desnudan sus bajezas exponiéndose, a su vez, al escarnio personal y el de sus familias. En España, el suceso fue tal que se prepara un nuevo ciclo a partir de septiembre. A través de YouTube pueden verse los "grandes momentos" de las ediciones anteriores.
Los interesados en concursar son seleccionados por la producción del programa al someterse, polígrafo mediante, a un cuestionario de 200 preguntas. El que resulta elegido para participar deberá responder "la verdad y nada más que la verdad", sí o no, a 21 de esas consultas. A medida que pasa las distintas fases, los premios en efectivo por una respuesta correcta aumentan, así como la crudeza de las preguntas que buscan revelar lo bizarro ("¿Has obtenido placer sexual con un vegetal?"), lo escatológico ("¿Te daba asco que tu padre utilizara su orín en la cabeza como `crecepelo`?"), o, incluso, lo delictivo. La versión colombiana debió ser levantada cuando una mujer respondió afirmativamente a la pregunta "¿Alguna vez pagó a un sicario para matar a su esposo?" Eso sí, la jugadora se llevó 25 mil dólares.
El concursante puede "plantarse" cuando lo desee -siempre y cuando no haya sido formulada la siguiente pregunta- y llevarse lo ganado hasta ese momento. Si no contesta de manera sincera, y la producción lo sabe, pierde todo lo obtenido. Para aumentar el morbo, hasta tres personas cercanas (pareja, hijos, padres o similares) están presentes en el piso. Ganarán fortunas, pero, tal vez, habrá que pagar más de un abogado.
plata y más. ¿Qué puede motivar a una persona a semejante inmolación mediática? Para Rosario Sánchez, directora de la Maestría en Comunicación de la Universidad Católica e investigadora, hay dos razones centrales. Una, muy notoria, es el jugoso premio mayor. Otra es el magnetismo que implican los 15 minutos de fama del que hablaba Andy Warhol. "El participante por un tiempo pasa a adquirir el estatus de famoso. La historia de los concursos y de los talk shows muestra que existe cierto tipo de personas dispuestas a pagar el costo del ridículo o del escarnio por cualquier tipo de móviles. Lo que mueve a los participantes de El juego de tu vida no es muy distinto a lo que lleva a otros a comer gusanos o meterse en una pecera llena de serpientes en concursos del tipo game como Quién dijo miedo".
Esta experta, master en comunicación social, se mete de lleno en la cuestión de formatos. Para ella, este programa es una mezcla de concurso y talk show. Dentro del primero, éste se ubica en la subcategoría del quiz, un concurso de preguntas que se opone al game, donde el participante debe superar pruebas u obstáculos. Pero no es un quiz en el cual se requiera un saber particular; aquí el implicado "es un ser sin ninguna cualidad específica, igual que el resto del público, pero que pasa a formar parte central del espectáculo". Del talk show, otro formato norteamericano, tiene la capacidad de explotar "la exposición de la vida privada de personas tan anónimas como la audiencia, hasta el momento de su aparición mediática". En menor medida, agrega, tiene de reality al polígrafo como "garante" de verdad; aunque este elemento no ha logrado despejar las dudas de sus críticos.
La psicóloga Alda Novell también coincide con que la plata es un elemento de peso para motivar el desnudo moral. "Pero otros (participantes) pueden ir porque tienen necesidad de blanquear públicamente su situación, lo que viven, lo que les está pasando. Por supuesto que no es la mejor manera de hacerlo, pero algo tiene que pasar para que elijan ese camino. Aunque en algunos casos era notorio que la familia ya estaba al tanto de lo que les ocurría".
Novell fue panelista de El juego de tu vida, el debate, efímero ciclo de sólo tres emisiones que Canal 10 emitió como una suerte de "pata local" del programa español. Para ella, ya no existen límites en la exposición de lo privado, y los propios consumidores tienen mucho que ver. Eso es similar a lo que opina Sánchez: "El límite lo fija fundamentalmente la audiencia cuando hace zapping o apaga el televisor; y también lo fijan los canales y sus responsables de programación".
Heber Villar, gerente de programación de Canal 10, argumenta con la razón del artillero televisivo: lo que funciona no se toca; y lo que no, queda afuera de la grilla. Por ese motivo, El juego de tu vida sigue al aire y el debate ya es historia. Asegura que no ha tenido ninguna queja por el programa y que en las promociones, aquellas que puedan ir en horario de protección al menor, no incluyen ninguna de las preguntas más fuertes.
Villar pone énfasis en que este programa "de atracción para el público" -así lo define-, ha sido exitoso en todos los países donde fue o es emitido. Sin embargo, no cree que una versión criolla tenga igual resultado. "No es algo fácil de producir en una plaza pequeña donde todos se conocen, y para que funcione tiene que haber participantes dispuestos. Además, tiene que ser en un lugar donde haya muchos habitantes. En España, un concursante se muda de Barcelona a Sevilla y chau, es otra persona. Acá no sería posible".
Fuente: "El País digital", domingo 26 de julio de 2009.-
El último ciclo de El juego de tu vida, edición española, es el que desde el pasado mes puede verse los jueves, tarde en la noche, por Canal 10. El formato original, The moment of truth (El momento de la verdad), estadounidense, fue exportado a más de 30 países. Siempre ha significado un éxito de público; y siempre ha ido acompañado de las peores críticas, que tildan al programa del no-va-más de la telebasura, en el cual ciudadanos anónimos desnudan sus bajezas exponiéndose, a su vez, al escarnio personal y el de sus familias. En España, el suceso fue tal que se prepara un nuevo ciclo a partir de septiembre. A través de YouTube pueden verse los "grandes momentos" de las ediciones anteriores.
Los interesados en concursar son seleccionados por la producción del programa al someterse, polígrafo mediante, a un cuestionario de 200 preguntas. El que resulta elegido para participar deberá responder "la verdad y nada más que la verdad", sí o no, a 21 de esas consultas. A medida que pasa las distintas fases, los premios en efectivo por una respuesta correcta aumentan, así como la crudeza de las preguntas que buscan revelar lo bizarro ("¿Has obtenido placer sexual con un vegetal?"), lo escatológico ("¿Te daba asco que tu padre utilizara su orín en la cabeza como `crecepelo`?"), o, incluso, lo delictivo. La versión colombiana debió ser levantada cuando una mujer respondió afirmativamente a la pregunta "¿Alguna vez pagó a un sicario para matar a su esposo?" Eso sí, la jugadora se llevó 25 mil dólares.
El concursante puede "plantarse" cuando lo desee -siempre y cuando no haya sido formulada la siguiente pregunta- y llevarse lo ganado hasta ese momento. Si no contesta de manera sincera, y la producción lo sabe, pierde todo lo obtenido. Para aumentar el morbo, hasta tres personas cercanas (pareja, hijos, padres o similares) están presentes en el piso. Ganarán fortunas, pero, tal vez, habrá que pagar más de un abogado.
plata y más. ¿Qué puede motivar a una persona a semejante inmolación mediática? Para Rosario Sánchez, directora de la Maestría en Comunicación de la Universidad Católica e investigadora, hay dos razones centrales. Una, muy notoria, es el jugoso premio mayor. Otra es el magnetismo que implican los 15 minutos de fama del que hablaba Andy Warhol. "El participante por un tiempo pasa a adquirir el estatus de famoso. La historia de los concursos y de los talk shows muestra que existe cierto tipo de personas dispuestas a pagar el costo del ridículo o del escarnio por cualquier tipo de móviles. Lo que mueve a los participantes de El juego de tu vida no es muy distinto a lo que lleva a otros a comer gusanos o meterse en una pecera llena de serpientes en concursos del tipo game como Quién dijo miedo".
Esta experta, master en comunicación social, se mete de lleno en la cuestión de formatos. Para ella, este programa es una mezcla de concurso y talk show. Dentro del primero, éste se ubica en la subcategoría del quiz, un concurso de preguntas que se opone al game, donde el participante debe superar pruebas u obstáculos. Pero no es un quiz en el cual se requiera un saber particular; aquí el implicado "es un ser sin ninguna cualidad específica, igual que el resto del público, pero que pasa a formar parte central del espectáculo". Del talk show, otro formato norteamericano, tiene la capacidad de explotar "la exposición de la vida privada de personas tan anónimas como la audiencia, hasta el momento de su aparición mediática". En menor medida, agrega, tiene de reality al polígrafo como "garante" de verdad; aunque este elemento no ha logrado despejar las dudas de sus críticos.
La psicóloga Alda Novell también coincide con que la plata es un elemento de peso para motivar el desnudo moral. "Pero otros (participantes) pueden ir porque tienen necesidad de blanquear públicamente su situación, lo que viven, lo que les está pasando. Por supuesto que no es la mejor manera de hacerlo, pero algo tiene que pasar para que elijan ese camino. Aunque en algunos casos era notorio que la familia ya estaba al tanto de lo que les ocurría".
Novell fue panelista de El juego de tu vida, el debate, efímero ciclo de sólo tres emisiones que Canal 10 emitió como una suerte de "pata local" del programa español. Para ella, ya no existen límites en la exposición de lo privado, y los propios consumidores tienen mucho que ver. Eso es similar a lo que opina Sánchez: "El límite lo fija fundamentalmente la audiencia cuando hace zapping o apaga el televisor; y también lo fijan los canales y sus responsables de programación".
Heber Villar, gerente de programación de Canal 10, argumenta con la razón del artillero televisivo: lo que funciona no se toca; y lo que no, queda afuera de la grilla. Por ese motivo, El juego de tu vida sigue al aire y el debate ya es historia. Asegura que no ha tenido ninguna queja por el programa y que en las promociones, aquellas que puedan ir en horario de protección al menor, no incluyen ninguna de las preguntas más fuertes.
Villar pone énfasis en que este programa "de atracción para el público" -así lo define-, ha sido exitoso en todos los países donde fue o es emitido. Sin embargo, no cree que una versión criolla tenga igual resultado. "No es algo fácil de producir en una plaza pequeña donde todos se conocen, y para que funcione tiene que haber participantes dispuestos. Además, tiene que ser en un lugar donde haya muchos habitantes. En España, un concursante se muda de Barcelona a Sevilla y chau, es otra persona. Acá no sería posible".
Fuente: "El País digital", domingo 26 de julio de 2009.-
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